Todos los que llevamos tiempo jugando al golf, en alguna ocasión, hemos tenido crisis de inseguridad al golpear a la bola.
A veces, estamos corrigiendo hábitos en la cancha de prácticas y nos llevamos las ideas al campo produciéndose errores de coordinación. La mente está tan pendiente de los detalles que se olvida de dar las ordenes para que se produzca el movimiento.
También hay días que sin motivo aparente, parece que el swing nos abandona y entonces, deseamos terminar cuanto antes la partida para acudir a reciclarnos a la cancha de prácticas.
Reencontrarnos con el swing perdido requiere en primer lugar calentar bien antes de empezar cualquier jornada de golf. Después, seguir con la simulación de los movimientos del swing sin palo, despacio, para darle a tu cuerpo las ordenes precisas de lo que tiene que hacer.
A continuación, con un hierro largo (un 7 o un 6) hay que conseguir muy poca subida del palo y contactos sólidos para recrearnos con el sonido de una bola bien impactada.
También es conveniente, el hacer unos cuantos swings con el palo, sin bola, sólo con el brazo izquierdo, sintiendo como golpeamos la hierba.
Si observamos que nos estamos quedando quietos en el downswing, podemos hacer el ejercicio del cambio de peso propuesto por James Marshall golpeando unas pocas bolas seguidas en línea.
En este momento, ya estamos preparados para hacer un swing completo.
Os recomiendo, que empecéis suave, sin tensión, con palos fáciles y sin querer tirar demasiado lejos. Pensad más en el ritmo que en la técnica. Recordad como es vuestro swing y de dónde esperáis sacar la potencia.
Básicamente, el swing se compone de 3 factores, giro de hombros (backswing), cambio de peso con desgiro de parte inferior (downswing) y golpeo cuando llego a la bola. De nada sirve que estemos pendientes de bajar por dentro, de las manos, de bajar hombro derecho, de la cabeza quieta, etc. si nos olvidamos de los 3 componentes básicos.
Os aseguro, que quizás no sean los golpes soñados en distancia, pero si serán los golpes que nos devolverán la confianza y el swing.
Sólo hay dos observaciones más, "quita tensión" y "no seas cotilla". El ritmo, requiere estar relajado y para pasar antes la parte inferior de tu cuerpo que la cabeza, tienes que ser humilde y dejar de ver tus bolas en el aire.
Algo más difícil es arreglar el swing dentro de un torneo. Sin embargo, os voy a dar unos tips que personalmente repaso cuando entro en barrena.
- Relajo brazos y hombros.
- Me pongo recta y hombros atrás.
- Hago swings pensando en giro de hombros y en desgiro de caderas.
- Me olvido de los brazos y de las manos.
- Ataco a la bola cuando llego.
Y lo más importante, aplico un consejo que me dio el profesor de tenis que tuve durante años, antes de que jugase al golf, "Deja que la técnica se meta sola", no la fuerces.
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