Todos hemos sufrido partidos de golf donde el campo no era nuestro único enemigo. Me refiero a aquellos compañeros de partida que emplean, a veces sin conocimiento por ellos mismos, estrategias para minar la cabeza del contrario.
No me refiero a que nos moleste el juego lento o el que hace muchas rutinas. Es más aquel compañero que con sus palabras o actitud, reflejan insana competitividad.
Algunas de estas frases o situaciones a las que me estoy refiriendo:
- Llevas ya muchos birdies. Nos vas a barrer. ¿Cuántos llevas ya?.
- Le molesta todo lo que hace el que va ganando. Están más pendiente de pillarte en una regla de cortesía para echarte la culpa de su mal juego.
- Se muestran agresivos llevándote la contraria ante cualquier comentario inocente.
- Intentan aislarte compartiendo confidencias con los otros contrincantes.
- Te corrigen de malos modos cualquier fallo en el campo. Ya sea que te has adelantado o que no has recogido tantas banderas como él.
La principal arma que tenemos es el detectar enseguida el juego sucio y al jugador que tiene la costumbre de hacerlo. Sabemos que si va jugando bien tendremos menos problemas, pero que si empieza a fallar, tarde o temprano va a aparecer el Mr Hyde que lleva dentro.
Es cierto, que nadie te puede hacer daño, si tu no te dejas. Y que el daño te lo hacen por tus propias debilidades e inseguridades.
En ese momento, quizás lo mejor es no escuchar, aunque es bastante imposible cuando le tienes a un metro de tu oreja. Mi mejor arma, es como si estuviese jugando al ajedrez o al mus, descubrir su jugada y reírme por dentro.
Conviene recordar que nadie es perfecto y que sólo puedes cambiar algo de ti mismo. Quizás ellos ni se plantean, ni creen que con su actitud te están haciendo daño.
Siempre intento crear un buen clima, alabar los golpes del contrario, ayudarle a buscar sus bolas con empeño, animarle cuando decae, respetuosa, divertida para relajar tensión entre hoyo y hoyo. Así que te dejan de piedra cuando terminas una de tus mejores partidas y tus oponentes en vez de felicitarte, se revuelven contra ti.
Quizá te pilla por sorpresa porque viene de colegas a las que ayudas para que consigan mejorar. Todos podemos ser puristas y decir los defectos de los demás que en ocasiones te sacan de tu mejor juego, como cuando una amiga mantiene una actitud de enfado en sus días malos de golf y se va quejando todo el tiempo, dando más que motivos suficientes para indicarle que te deje a ti, disfrutar.
Sin embargo, considero que lo más inteligente es callarse. Nunca perder el objetivo que debemos tener, PASARLO BIEN jugando al GOLF y si de paso, ganamos algún AMIGO (en vez de perderlo) te llevas el primer PREMIO por adelantado.
Hace años ya escribí acerca de malas experiencias en un campo de golf y ojalá no tenga que volver a hacerlo. Mientras tanto vivir para aprender y a no ser tan sensible ;)
Me parece buenísimo este artículo.
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